![]() ¿Por qué está aquí? ¿Alguna vez se lo ha preguntado? Esta es una pregunta fundamental con la que muchas personas luchan en un momento u otro. Para algunos, comprende la última cuestión de la vida. Pero incluso si su intención no es profundamente filosófica, puede ser útil considerarla. Muchas empresas usan declaraciones de misión como guías, expresando no sólo lo que hacen sino también por qué y cómo lo hacen. De manera similar, tomarse el tiempo para articular el propio propósito o misión en la vida puede ser útil para garantizar que su tiempo, energía y talentos se inviertan de la mejor manera posible. Steve, un amigo industrioso, que ha desarrollado una exitosa carrera como empresario, ha dedicado un tiempo considerable a responder a la pregunta «¿Por qué estoy aquí?». Tanto para su vida personal como profesional. Además de una extensa declaración de propósito, Steve ha establecido sus valores centrales, su visión de su vida y su «objetivo principal». Definiéndolo así: «Quiero conocer a Dios y darlo a conocer». Ha dedicado gran parte de su vida, en el trabajo, en su hogar y en organizaciones como el CBMC [Comité de Profesionales y Empresarios Cristianos], al perseguir ese objetivo. Hace años, yo estaba en una reunión en la que un orador sugería escribir un propósito personal o una declaración de misión. Dijo algo así como: «¿A dónde voy, cómo voy a llegar allí y cómo sabré cuándo llegué?». Para muchos de nosotros en la sala, este fue un concepto revolucionario. ¿Cómo puedo poner por escrito lo que percibo que es el propósito de mi vida? ¿Acaso mi vida tiene un propósito específico? No era tan ambicioso y detallista como mi amigo Steve, pero estaba leyendo una frase parafraseada de Filipenses 3:10, que dice: "[Porque mi propósito determinado es] que pueda conocerlo a Él (Jesucristo) para que yo pueda progresivamente familiarizarme cada vez más y más íntimamente con Él, percibiendo, reconociendo y comprendiendo [las maravillas de Su Persona] con más fuerza y más claridad» [traducción de la Biblia Ampliada]. Tan pronto como leí esto, supe que expresaba lo que mi vida debería ser tan eficaz comunicar. Varios años antes había adoptado otro pasaje: Proverbios 3:5-6, como verso de mi vida:«Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas» [RVC]. Y más tarde me encontré con el Salmo 45:1, que sonaba como un buen verso de carrera: «Rebosa mi corazón palabra buena; dirijo al rey mi canto; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero» [RVR].Combinados, estos pasajes expresan para mí el enfoque que he deseado dar a mi vida, junto con mi sentido de misión para usar los dones, las habilidades y la experiencia que Dios me ha dado. El autor y filósofo Henry David Thoreau escribió: «Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación». Muchos años después, esta observación aún parece apropiada. Tal vez una de las razones es porque la mayoría de la gente no se ha tomado el tiempo para presionar el botón de «pausa» en sus vidas por un momento, para considerar su propósito, su misión; algo que sea más importante que simplemente ganarse la vida, construir empresas o divertirse. ¿Está usted entre ellos? Me gusta la idea del Salmo 90:12 «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría» [RVR]. Cuando aprendemos a «contar nuestros días», nos ayuda a usarlos de manera buena e intencional. © 2018. Robert J. Tamasy ha escrito Business at Its Best: Timeless Wisdom from Proverbs for Today’s Workplace; Tufting Legacies; fue coautor de David A. Stoddard, The Heart of Mentoring, y editó muchos otros libros, incluido Advancing Through Adversity de Mike Landry. El sitio web de Bob es www.bobtamasy-readywriterink.com , y su blog bisemanal es: www.bobtamasy.blogspot.com .
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![]() Hace años, el término «liderazgo de servicio» adquirió importancia en los círculos comerciales y profesionales. Para algunos parecía una contradicción en los términos, lo que los gramáticos llaman un «oxímoron». Los líderes son los que se supone deben ser atendidos, ¿verdad? Sin embargo, escritores como Robert K. Greenleaf y otros, insistieron en el hecho de que los mejores líderes logran el máximo al servir a quienes lideran. Incluso fundó el Greenleaf Center for Servant Leadership [Centro de Liderazgo de Sevicio Greenleaf] para avanzar en esa filosofía. El liderazgo de servicio es un concepto que también encontramos en la Biblia, modelado principalmente por Jesucristo, quien declaró: «Yo, el Hijo del hombre, soy así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para liberar a la gente que es esclava del pecado, y para lograrlo pagaré con mi vida» [Marcos 10:45 TLA]. Él, justo antes había dicho: «y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos» [Marcos 10:44 RVR]. Solo hay un problema con esto, sé que Dios quiere que sea un sirviente, pero no me gusta que me traten como tal. Una parte de mí quiere que la gente vea mis actos de servicio y piense o diga: «Dios mío, ¿no es acaso éste un hombre maravilloso». Desafortunadamente, un verdadero servidor no se nota; a menudo él o ella son ignorados. Un verdadero servidor de Cristo sólo desea servir y ver a su maestro exaltado, sin pensar en sí mismo, sin reconocer o recibir el crédito. Sabrá lo que es ser un sirviente, cuando comprenda lo que el autor Henry Blackaby escribió al respecto. Él lo dice mucho mejor que yo, así que lo cito textual: «"Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve” [Lucas 22:27 RVR]. »La medida de la grandeza en el reino de Dios difiere enormemente de la del mundo. Nuestra sociedad idolatra a los ricos, poderosos, bellos y atléticos. Incluso hacemos famosos a aquellos que descaradamente hacen alarde de su inmoralidad. El mundo dice que es degradante servir a los demás. Sin embargo, el reino de Dios rechaza por completo la escala de valores del mundo, otorgando el mayor honor a quien más sirve. La persona que sirve desinteresadamente, amorosamente, sin quejas y sin buscar reconocimiento es muy respetada en el reino de Dios. »Cuando Jesús y sus seguidores entraron al aposento alto, los discípulos buscaron un lugar prominente para sentarse; Jesús buscó un lugar para servir. Mientras esperaban torpemente para ser atendidos, Jesús tomó una toalla y un recipiente con agua y les lavó los pies (ver Juan 13). A los cristianos nos gusta referirnos a nosotros mismos como sirvientes, ¡pero rara vez nos contentamos con ser tratados como sirvientes! Estamos tentados a adoptar una evaluación de importancia tal como la cultura lo hace. Pero cuando miramos a Jesús como nuestro modelo, vemos que se necesita un carácter mucho más noble para servir que para ser servido. »El mundo calculará su importancia por la cantidad de personas que lo atiendan. Dios está más preocupado con la cantidad de personas a las que usted sirve. Si lucha con la idea de ser un sirviente, es posible que su corazón se haya alejado del corazón de Dios. Pídale a Jesús que le enseñe desinterés y que le dé la fuerza para seguir su ejemplo. Esté atento a la invitación de Jesús para unirse a Él en el servicio a los demás. Esa invitación vendrá». ¿Quiénes son las personas a las que lidera? ¿O personas en su esfera de influencia, incluso compañeros de trabajo? ¿Cómo podría exhibir un verdadero liderazgo, un liderazgo de servicio, sirviéndoles, demostrando cuán importantes son y poniéndolos a ellos y a sus necesidades primero, incluso antes que a las suyas? Ken Korkow vive en Omaha, Nebraska, EE.UU., donde él sirve como un director de área para CBMC. Adaptado del "Fax de Vida" una columna que escribe cada semana. Usado con permiso. ![]() Por Robert J. Tamasy La mayoría de nosotros hemos disfrutado como turistas, al visitar nuevas ciudades o incluso otros países. No he viajado tanto como algunas personas, pero he apreciado las oportunidades de visitar casi una docena de países. Ser un turista puede llevarnos a lugares de los que podríamos solamente haber escuchado por medio de otras personas o por haber visto fotos. Por ejemplo, recuerdo vívidamente el tiempo que pasé en varias ciudades de Hungría. Mis abuelos habían emigrado de esa nación, por lo que fue interesante ver «el viejo país» de primera mano. También disfruté viajar a Alemania, incluida la ciudad de Giessen, mi lugar de nacimiento. Nadie allí se acordó de mí, no es sorprendente, ya que me fui a Estados Unidos cuando tenía apenas un año, pero fue divertido hacer un recorrido de mi historia personal. Como turistas, las visitas suelen ser breves y nuestro nivel de compromiso es muy bajo. Llegamos a ver alrededor, tomar algunas fotografías, probar la cocina local, y tal vez comprar recuerdos. Luego regresamos a nuestros hogares. Contrastando esto con el papel de un embajador, que es alguien que reside en un país extranjero por un lapso, representando a su propio país de origen. Tienen funciones y responsabilidades específicas, actuando con la autoridad que se les ha confiado. Menciono esto porque en el apóstol Pablo nos da una descripción desafiante de todos los que siguen a Jesucristo, incluso en el mercado empresarial, diciendo: «Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros…» [2 Corintios 5:20 RVR]. Para mí, esto significa que si estoy ya sea en una oficina privada, sala de conferencias, haciendo un llamado de ventas, finalizando un contrato o viajando, mi papel es el de un embajador de Jesús, representándolo ante cualquiera con quien me encuentre. Ya sea que esté interactuando con supervisores, compañeros de trabajo, clientes o proveedores, no solo represento a mi organización sino también a Jesucristo como su embajador. Ser embajador es un deber que no puede ser tomado a la ligera. A través de nuestras acciones, así como de nuestras palabras, demostramos a otros lo que significa ser uno de los seguidores de Jesús. Es una responsabilidad aleccionadora, como dice 2 Timoteo 4:5: «Pero tú, Timoteo, mantén la calma en todo momento, soporta los sufrimientos y anuncia siempre la buena noticia. Haz bien tu trabajo» [TLA]. Éstas, no parecen ser instrucciones dirigidas a simples «turistas». Son palabras escritas para todos los que profesan ser seguidores de Cristo, «nacidos de nuevo», como lo explica el evangelio de Juan 3:3. Pero en un sentido práctico, ¿qué significa ser «embajadores de Cristo»? Encontramos parte de la respuesta en la segunda parte de 2 Corintios 5:20, que dice: «…os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios». Si somos «clientes satisfechos», personas que han experimentado la paz, la alegría, el perdón, la gracia, el amor y la misericordia de Dios a través de Cristo, tenemos la obligación y la responsabilidad de compartir lo que hemos aprendido con otros para que puedan experimentarlo también. Hay más. En otro pasaje de la Biblia, leemos: «En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios» [1 Corintios 3:9 NVI]. Trabajamos para ganarnos un sustento; utilizar nuestras habilidades, talentos y regalos; y experimentar la realización vocacional. Sin embargo, también nos llaman «colaboradores al servicio de Dios», dado el privilegio de trabajar conjuntamente con él en la realización de sus planes y propósitos en este mundo. Como embajadores de Cristo, Él desea trabajar a través de nosotros para demostrar lo que significa vivir de acuerdo con Sus principios y las verdades bíblicas que nos guían cada día. ¡Esta no es una tarea para un turista! © 2018. Robert J. Tamasy ha escrito Business at Its Best: Timeless Wisdom from Proverbs for Today’s Workplace; Tufting Legacies; fue coautor de David A. Stoddard, The Heart of Mentoring, y editó muchos otros libros, incluido Advancing Through Adversity de Mike Landry. El sitio web de Bob es www.bobtamasy-readywriterink.com , y su blog bisemanal es: www.bobtamasy.blogspot.com . ![]() Por Rick Boxx. Al principio de mi carrera empresarial, al igual que muchos jóvenes, estaba tratando de obtener una comprensión de lo que requeriría esfuerzo para alcanzar el éxito. Una de las cosas que aprendí en este proceso es que estaba muy lejos de todo lo que había anticipado. La primera vez que conocí a Gregg me dijo: «Rick, si decides trabajar conmigo, debes conocer mis prioridades en la vida. La primera es Dios, la segunda es mi familia, y este trabajo es la tercera». Al ser yo una persona que había estado «huyendo de Dios» durante décadas, enumerar las prioridades en ese orden era totalmente algo totalmente ajeno a mi forma de pensar en aquel momento. No podía imaginarme cómo las prioridades de Gregg afectaban la forma en que dirigía el banco donde trabajábamos. Sin embargo, pronto quedó claro. Antes de realizar sus tareas principales, Gregg tomaba sus decisiones comerciales considerando primero a Dios y Sus principios, tal como se presentan en la Biblia. Observando la forma en que tomaba esas decisiones, me reveló cómo buscar la sabiduría de Dios, y me animó a considerar el ponerlo primero, como mi principal prioridad, pudiendo así tener un impacto positivo en la calidad y efectividad de mi trabajo. Mis perspectivas sobre el trabajo y mis prioridades en la vida no cambiaron de la noche a la mañana, pero el ejemplo de Gregg y las ideas que sembró en mi mente tuvieron un profundo efecto en mí. Todo esto, un poco más tarde, rindió fruto; revolucionando mi forma de pensar sobre los negocios, su propósito y el mío. En última instancia, me llevó a establecer un ministerio de asesoramiento en el que busco ayudar a otros a comprender también lo que significa si seguimos la advertencia de Jesús cuando dijo: «Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas» [Mateo 6:33 RVC]. Decir que ponemos a Dios primero en nuestras vidas es más fácil que hacerlo. Primeramente, necesitamos creer que es posible hacerlo, y luego actuar de acuerdo a esa creencia. Tenga la seguridad de que habrá desafíos en el camino, y que nuestras convicciones serán probadas. A veces nos diremos: «Si insisto en anteponer a Dios, esto nunca va a funcionar». Podríamos sentirnos tentados a pensar: «Bueno, una pequeña falla no me hará daño, ¿verdad? Voy a romper las reglas esta vez, pero después de esto, nunca más». Sin embargo, esta es una de las razones por las que leemos en la Biblia: «…cuando tengan que enfrentar problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada» [Santiago 1:2-4 TLA]. Cuando se prueba nuestra fe, incluido nuestro deseo de permanecer fieles a las prioridades que hemos establecido, se desarrolla la perseverancia. Esto nos permite ser fieles a nuestras convicciones, incluso cuando enfrentamos dificultades. Algunas personas podrían pensar que hacer de Dios la máxima prioridad es un ideal agradable, pero no muy práctico. Vivimos y trabajamos en un entorno de mercado altamente competitivo e inflexible, donde la mayoría de la gente está operando de acuerdo con reglas que van en contra de los principios bíblicos. ¿Cómo podemos prosperar bajo esas circunstancias? Tenemos que ser realistas, ¿verdad? Eso es lo que pensé cuando conocí a Gregg. Pero él me demostró que estaba equivocado. Incluso cuando se enfrentaba a la adversidad, o cuando una decisión en particular era muy difícil, nunca vacilaba. Se mantuvo fiel a las prioridades tal como me las había dicho: Dios, la familia y luego el trabajo. Hubo momentos en que eso implicó sacrificio, pero nunca tuvo que comprometer sus valores. Y nunca se arrepintió de haber tomado tal posición. Déjeme preguntarle: ¿Qué lugar tiene Dios en sus prioridades laborales? Copyright 2018, Unconventional Business Network (anteriormente Integrity Resource Center, Inc). Adaptado con permiso de "Integrity Moments with Rick Boxx", un comentario sobre cuestiones de integridad en el lugar de trabajo desde una perspectiva cristiana. Para obtener más información sobre su ministerio o suscribirse a los Integrity Moments diarios de Rick, visite www.unconventionalbusiness.org. Su último libro e inspiración para su nuevo nombre de ministerio, Unconventional Business, proporciona "Cinco claves para hacer crecer el negocio a la manera de Dios". |
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Noviembre 2019
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