Por Robert J. Tamasy. Hay un dicho común, particularmente en el mundo de los deportes, que «se gana con la gente». Incluso el mejor entrenador fracasará si no cuenta con jugadores calificados y personal de apoyo. Lo mismo ocurre en el mundo empresarial y profesional. Un visionario sin un equipo de personas que lo ayude a hacer realidad sus ideas es sólo un soñador. Desafortunadamente, ya sea porque son malos jueces de talento o porque quieren proteger sus propios frágiles egos, algunos ejecutivos de alto rango contratan sólo a personas de capacidades inferiores. Para esos «líderes», eso les da una sensación de protección ante la posibilidad de ser superados por miembros del personal más dotados, mejor capacitados y educados. Afortunadamente, no todos los directivos y altos ejecutivos se sienten así. De hecho, Michael Dell, fundador y CEO de Dell Technologies, una de las compañías de infraestructura más grandes del mundo, siente todo lo contrario. Él dijo: «Trate de nunca ser la persona más inteligente en la habitación. Le sugiero que invite a su equipo a personas más inteligentes... o encuentre una habitación diferente». Eso dice mucho sobre Dell y otros líderes como él. En primer lugar, son lo suficientemente humildes como para no sentirse amenazados por personas que saben más o pueden hacer más de lo que él puede. En segundo lugar, entienden que para el beneficio de la empresa y todos sus intereses, tienen la obligación de presentar el mejor producto posible, y eso requeriría contar con personas en el equipo con experiencia en algunas áreas que ellos no tienen. Y tercero, la verdadera marca de un buen líder no es lograr todo el trabajo solo, sino reclutar a las mejores personas para compartir la carga. Recuerdo los días en que era editor de una revista. Para mí, algunos de los días más divertidos y emocionantes fueron cuando celebramos reuniones de planificación para cada tema. Tomaríamos los artículos y columnas que habían sido escritos, y luego haríamos una lluvia de ideas sobre títulos, ilustraciones y otros gráficos para darle el mayor atractivo posible al lector. Aunque tenía algunas opiniones firmes sobre algunas cosas, reconocí que los diseñadores gráficos tendrían mejores conceptos visuales que yo. Trajeron ideas convincentes y creativas que nunca podría haber imaginado. Algunas personas en la sala estaban más orientadas a los detalles que yo, así que notaron cosas que probablemente yo habría dejado pasar. Y otras simplemente ofrecieron perspectivas que yo nunca hubiera considerado. Cuando se produjo e imprimió la revista, quedó claro lo que suele escucharse: «el todo es mayor que la suma de las partes». Las Escrituras tienen mucho que decir sobre esto. Estas son algunas cosas a no olvidar: Confiar en Dios puede proporcionar la humildad necesaria. Algunos en posiciones de liderazgo pueden temer ser «evidenciados» por otros y perder sus posiciones de autoridad y responsabilidad. Sin embargo, confiar en Dios nos da la confianza para creer que Él ha dirigido a las personas adecuadas en nuestras vidas en el momento adecuado, incluso en el lugar de trabajo. «Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor» [1 Pedro 5:6 NTV]. Reconocer los dones y contribuciones de otros. Ya sea en una familia, una iglesia o una empresa, todos tienen un papel específico e importante que desempeñar. Incluso partes aparentemente menores son críticas para producir el resultado final deseado. «El cuerpo no está formado por una sola parte, sino por muchas. Si al pie se le ocurriera decir: “Yo no soy del cuerpo, porque no soy mano”, todos sabemos que no por eso dejaría de ser parte del cuerpo. Y si la oreja dijera: “Como yo no soy ojo, no soy del cuerpo”, de todos modos seguiría siendo parte del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, no podríamos oír. Y si todo el cuerpo fuera oído, no podríamos oler. Pero Dios puso cada parte del cuerpo en donde quiso ponerla. Una sola parte del cuerpo no es todo el cuerpo. Y aunque las partes del cuerpo pueden ser muchas, el cuerpo es uno solo» [1 Corintios 12:14-20 TLA]. Cuantas más personas participen, más podemos hacer. Al caminar con Dios en el lugar de trabajo, podemos descubrir que Él puede superar nuestras esperanzas y expectativas, a menudo trabajando a través de otras personas. «Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros» [Efesios 3:20 RVR]. © 2019. Robert J. Tamasy ha escrito Business at Its Best: Timeless Wisdom from Proverbs for Today’s Workplace; Tufting Legacies; fue coautor de David A. Stoddard, The Heart of Mentoring, y editó muchos otros libros, incluido Advancing Through Adversity de Mike Landry. El sitio web de Bob es www.bobtamasy-readywriterink.com, y su blog bisemanal es: www.bobtamasy.blogspot.com.
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Por Jim Langley «¿Qué quieres en la vida?». ¿Alguien le ha hecho esa pregunta? La mejor manera de responder es determinando qué es lo más importante para usted. Durante más de 50 años, he visto a muchas personas de negocios obsesionarse con el éxito en la profesión elegida. Algunos incluso han orado por tener ganancias personales. No veo nada malo en luchar por el éxito, pero creo que Dios quiere que dirijamos nuestras oraciones no hacia nosotros, sino hacia las necesidades de los demás y el avance de su reino. No imagino a Dios esperando ansiosamente cumplir con todas nuestras oraciones egoístas cuando hay tanto bien que podríamos estar haciendo por los demás. A veces pienso en las palabras aleccionadoras del Señor a Baruk, que se desanimó y cuestionó al profeta Jeremías en su momento de tristeza y dolor. Esto es lo que Dios dijo a través del profeta a Baruk y a cualquiera que esté buscando un tratamiento especial en esta vida: «Baruc, esto dice el Señor: “Destruiré esta nación que construí; arrancaré lo que planté. ¿Buscas grandes cosas para ti mismo? ¡No lo hagas! Yo traeré un gran desastre sobre todo este pueblo; pero a ti te daré tu vida como recompensa dondequiera que vayas. ¡Yo, el Señor, he hablado!”» [Jeremías 45:4-5 NTV]. Necesitamos entender que no se nos debe ninguna distinción especial. Algunos vienen a este mundo con mucho, mientras que muchos llegan con muy poco. Pero todos llegamos desnudos y nos iremos de la misma manera. Hubo un momento en mi vida en que a menudo oré por éxito y la recompensa financiera. Eso cambió drásticamente después de leer un libro de Bruce Wilkinson: «La Oración de Jabes», en 2001. Me ayudó a darme cuenta de lo superficial que era mi vida de oración. El libro se basa en dos versículos en un pasaje que rastrea el linaje de la tribu de Judá. Comienza: «Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos…» [1 Crónicas 4:9-10 RVR]. ¿Por qué era este hombre más ilustre? Wilkinson explica que Jabes oró específicamente para que Dios lo bendijera, ampliara su territorio, estuviera con él continuamente, y no permitiera que lo lastimaran, a fin de que se liberara del dolor. ¡Y dice que Dios concedió su pedido! Desde entonces, he estado orando mi propia versión personalizada de la oración de Jabes: «Señor, te pido que me bendigas más allá de mis expectativas. Expande mis fronteras, mis áreas de influencia para Tu gloria. Mantén tu mano sobre mí constantemente, Señor, y aleja el mal de mí para que no me pueda causar dolor». Sigo orando sin ninguna expectativa, y he sido bendecido inmensamente a lo largo de los años. Mientras oramos, lo más importante es la condición de nuestro corazón, más que las palabras específicas que dirigimos a nuestro Padre Celestial. Él conoce nuestro corazón y quiere bendecirnos de maneras que no podemos comprender. Esto me ha ayudado a definir lo que quiero en la vida, pero no tiene nada que ver con la riqueza y los deleites terrenales. Muchas de mis bendiciones ni siquiera parecían bendiciones en algún momento. Sin embargo, a pesar de todo, me he acercado a Dios; Su mano ha estado sobre mí constantemente. Él ha expandido mis fronteras y áreas de influencia, y me ha usado de formas que nunca hubiera imaginado. Realmente me ha bendecido más allá de mis expectativas. Me di cuenta de que no se trata de mis propios logros o habilidades. Todo lo que importa es saber que estoy en el centro de Su voluntad y que algún día lo conoceré, como se describe en 1 Juan 3:2: «Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga; pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es». ¿Es la relación con Jesús su enfoque principal? ¿Es lo que desea en la vida? Jim Langley ha estado en los negocios por más de 30 años y es Presidente de Cinco Pies Veinte, que tiene por objeto ayudar a las personas a ser más de lo que Dios les hizo ser a través de grupos de entrenamiento y de mesa redonda para los líderes empresariales. Sus escritos incluyen Calmar la tormenta dentro: ¿Cómo encontrar la paz en este mundo caótico’ y Primeros auxilios Bíblicos para líderes. Por Robert J. Tamasy.
Parece que todos quieren saber el secreto del éxito. Recuerdo que cuando era un joven periodista miraba a mí alrededor y veía personas que admiraba, personas que ya estaban dejando su huella en el mundo. En esos días pensé: «¡Quiero ser como ellos!». «¿Cómo puedo llegar hasta donde están?». Desafortunadamente, no existe un secreto único y universal para el éxito. Las librerías y bibliotecas están llenas de copias de libros de autores que afirman conocer el secreto. Si vamos a un sitio en el Internet dedicado a la venta de libros e ingresamos la palabra «Éxito» en el motor de búsqueda, podemos encontrar numerosas obras escritas por personas que nos dirán con gran convicción cómo lograron el éxito. Existen innumerables lemas, filosofías y estrategias para tener éxito, pero a veces es útil darse cuenta de que, no existe una fórmula mágica, única para todos. Para la mayoría de las personas, el éxito requiere algunos ingredientes muy simples, cosas que no implican habilidades muy específicas. Por lo general, doy poca importancia a lo que actores y otros artistas dicen, incluso los ricos y famosos. Porque sus carreras consisten en pretender ser otras personas que no son, vivir en mundos que no existen. Entonces, realmente, ¿cómo pueden ser expertos? Sin embargo, recientemente me encontré con una cita de un actor que sugería un camino probado hacia el éxito que tenía tanto sentido que no podía ignorarlo. Dwayne Johnson, conocido en el mundo de habla hispana como «La Roca», un actor que ha aparecido en muchas películas comercialmente exitosas, dijo: «Sé humilde. Ten hambre. Y se siempre el que trabaje más duro». Eso me impactó y sospecho que también atrae a los demás. No dijo que debamos ser las personas más inteligentes, o las que tienen más estatus, o con los currículos más impresionantes. Johnson simplemente dijo que debemos ser humildes, tener hambre y estar dispuestos a trabajar duro. Esto es exactamente lo que la Biblia enseña en el libro de Proverbios. Aquí algunos principios a tener en mente: La humildad puede ser una cualidad muy atractiva. En un mundo en el que muchas personas buscan llamar la atención sobre sí mismas, hay algo refrescante en las personas que trabajan en silencio, de manera eficiente y con excelencia, sin desbordarse de egoísmo. «Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, y antes de la honra es el abatimiento» [Proverbios 18:12 RVR]. «La verdadera humildad y el temor del Señor conducen a riquezas, a honor y a una larga vida» [Proverbios 22:4 NTV]. El hambre puede ser un excelente motivador. La complacencia y la autosatisfacción pueden inhibir el rendimiento superior, pero el hambre, ya sea para pagar facturas, ganar un cliente, hacer una venta o lograr un objetivo, puede inspirar nuestro mejor trabajo. «Es bueno que los trabajadores tengan hambre; el estómago vacío los motiva a seguir su labor» [Proverbios 16:26 NTV]. «El que labra su tierra tendrá abundante comida, pero el que sueña despierto es un imprudente» [Proverbios 12:11 NVI]. El trabajo duro, con excelencia, recibe honores. ¿A quién preferirías ver: uno que intenta hacer todo lo posible por ser notorio, o alguien cuyo trabajo es de tan alta calidad que habla por sí mismo? La diligencia y la excelencia de uno sirven como referencias de un carácter sobresaliente. «Los perezosos pronto se empobrecen; los que se esfuerzan en su trabajo se hacen ricos» [Proverbios 10:4 NTV]. «Cuando veas alguien que hace bien su trabajo, no lo verás entre gente de baja condición sino que estará en presencia de reyes» [Proverbios 22:29 RVC]. Si lo que busca es el éxito, cultive la humildad, tenga hambre de cosas que verdaderamente valgan la pena y nunca deje de trabajar duro. © 2019. Robert J. Tamasy ha escrito Business at Its Best: Timeless Wisdom from Proverbs for Today’s Workplace; Tufting Legacies; fue coautor de David A. Stoddard, The Heart of Mentoring, y editó muchos otros libros, incluido Advancing Through Adversity de Mike Landry. El sitio web de Bob es www.bobtamasy-readywriterink.com, y su blog bisemanal es: www.bobtamasy.blogspot.com. ![]() Por Jim Mathis. Un domingo a principios de este año, mi esposa y yo fuimos a la iglesia. En nuestra iglesia, la adoración podría describirse mejor como una fiesta para Dios. Siempre la pasamos muy bien. A pesar de que cada servicio dura oficialmente solo una hora, normalmente estamos allí durante al menos tres horas, tomando café, hablando con viejos amigos y conociendo nuevos. Esto parece ser parte de lo que la Biblia quiere decir cuando expresa: «No dejemos de reunirnos, como hacen algunos. Al contrario, animémonos cada vez más a seguir confiando en Dios…» [Hebreos 10:25 TLA]. Más tarde, ese mismo día, fui a un trabajo temporal que tengo en una compañía que prepara declaraciones de impuestos. Como era el día del Super Bowl del fútbol americano profesional, la oficina avanzaba sin tanta prisa, ahí tenemos equipo internacional con algunos brillantes profesionales de impuestos inmigrantes, que suelen ser muy divertidos. Nos lo pasamos bien y las horas pasaron rápidamente. Después de eso fui a una reunión para ver el juego del Super Bowl organizada por nuestra asociación de colonos. Probablemente ni siquiera habría visto el juego si hubiera estado en casa, pero pasar el rato con los vecinos, hablar y disfrutar de la compañía uno del otro hizo que fuera una buena noche. Siendo introvertido por naturaleza, necesito unas cuentas horas para desacelerarme después de pasar un día entero rodeado de personas, pero puedo decir, sin lugar a dudas, que «la vida es mejor juntos». Los buenos tiempos son mejores, y los malos no son tan malos, si los compartimos con vecinos, compañeros de trabajo, hermanos de la iglesia, amigos y familiares. En las Escrituras leemos mucho sobre las virtudes de estar con otras personas, no solo para socializar sino también para realizar un trabajo importante. Aquí hay algunos principios que enseña que tienen aplicación universal: Juntos podemos compartir la carga. A menudo se ha observado que dos caballos tirando juntos pueden mover varias veces la carga que un caballo puede tirar. Lo mismo a menudo se aplica a nosotros en el lugar de trabajo, especialmente cuando el proyecto que emprendemos es especialmente desafiante. «Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas. Del mismo modo, si dos personas se recuestan juntas, pueden brindarse calor mutuamente; pero ¿cómo hace uno solo para entrar en calor? Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente» [Eclesiastés 4:9-12 NTV]. Juntos podemos trabajar para mejorar nuestros niveles de habilidad. Incluso las personas más talentosas pueden beneficiarse de interactuar con otros. Podemos reforzar las fortalezas de los demás, hacer sugerencias de mejora e incluso señalar los puntos ciegos de los demás. «Para afilar el hierro, la lima; para ser mejor persona, el amigo» [Proverbios 27:17 TLA]. Juntos podemos asumir responsabilidades que una sola persona no puede soportar sola. A Moisés se le había dado la responsabilidad de sacar a los israelitas de la esclavitud en Egipto. En poco tiempo se dio cuenta de que era incapaz de resolver todos sus problemas y abordar sus conflictos. En respuesta, Dios designó a los ancianos, se trataba de otros líderes respetados, para asumir las responsabilidades menores y liberar a Moisés al hacerle llegar sólo los problemas más importantes que surgían. Sería prudente buscar ayuda similar cuando sea necesario. «No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía» [Números 11:14 RVR]. Mirando mi calendario, puedo ver que esta será una buena semana, porque tengo cuatro reuniones programadas con amigos para el desayuno, el almuerzo o simplemente para platicar. La vida es mejor cuando la tratamos como un deporte de equipo. Viva y trabaje con amigos donde sea que los encuentre. Jim Mathis es dueño de un estudio de fotografía en Overland Park, Kansas, especializado en fotografía ejecutiva, comercial y teatral, y recientemente abrió una escuela de fotografía. Por Rick Boxx.
Cuando Larry era director ejecutivo de una empresa de sistemas de información, alguien presentó una demanda injustificada contra la organización a su cargo. En el camino, a pesar de que la compañía de Larry era inocente de cualquier fechoría, muchas personas lo instaron a resolver la demanda. Sostuvieron que el costo de montar una defensa, así como el tiempo necesario para defender el caso, no era conveniente, por lo que era mejor llegar a un acuerdo extrajudicial. En lugar de aceptar esas recomendaciones, Larry oró por sabiduría y dirección. Mientras lo hacía, Dios le hizo ver que, en lugar de conformarse con un acuerdo, debería defender a la compañía porque era inocente. El prolongado proceso legal costó millones de dólares en honorarios legales, pero la compañía finalmente fue vindicada y eximida de los reclamos ilícitos. Mientras tanto, Dios bendijo y prosperó el negocio tanto que los honorarios legales se volvieron insignificantes. Al reflexionar sobre ese momento problemático y estresante, Larry concluyó que el hecho de que su compañía hubiera prosperado en medio de una gran adversidad era un reflejo del favor de Dios por la obediencia. Reiteradamente leemos en las Escrituras que debemos buscar el consejo inspirado por Dios cuando nos enfrentamos a decisiones difíciles. Por ejemplo, Proverbios 15:22 dice: «Los planes fracasan por falta de consejo; muchos consejeros traen éxito» [NTV]. Sin embargo, eso no garantiza que todos los consejos que recibimos sean necesariamente correctos. Necesitamos consultar al Señor directamente, y cuando Él nos guía de manera contraria al consejo que hemos recibido, debemos hacer lo que Él nos indica. Los amigos cercanos y de confianza son un activo, sin duda. Pero nunca pueden reemplazar y no deben suplantar el consejo de Aquel en quien más debemos confiar. Jesús habló a sus seguidores y los amonestó sobre la importancia de permanecer cerca de Él: «Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá»[Juan 15:7 NVI]. La Biblia a menudo subraya la importancia de tener plena confianza en Dios. Aquí algunos principios importantes: Confiemos incluso cuando no entendamos todo. A veces, Dios nos llama a actuar de manera contraria a la intuición, como lo hizo Larry al rechazar la recomendación de resolver la demanda injustificada. «Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar» [Proverbios 3:5-6 NTV]. Confiemos incluso cuando temamos al desastre. Las emociones pueden hacernos buscar las soluciones más rápidas y aparentemente más fáciles para problemas apremiantes. Sin embargo, la creencia de que Dios tiene nuestros mejores intereses en el corazón debería alentarnos a mirarlo a Él, en lugar de mirar nuestras circunstancias.«Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza» [Jeremías 29:11 NVI]. Confiemos incluso cuando el camino de Dios no parece práctico. Si Dios le está guiando a tomar una posición, confíe en Él, incluso cuando otros no estén de acuerdo.«Disfruta de la presencia del Señor, y él te dará lo que de corazón le pidas. Pon tu camino en las manos del Señor; confía en él, y él se encargará de todo [Salmo 37:4-5 RVC]. Copyright 2019, Unconventional Business Network (anteriormente Integrity Resource Center, Inc). Adaptado con permiso de "Integrity Moments with Rick Boxx", un comentario sobre cuestiones de integridad en el lugar de trabajo desde una perspectiva cristiana. Para obtener más información sobre su ministerio o suscribirse a los Integrity Moments diarios de Rick, visite www.unconventionalbusiness.org. Su último libro e inspiración para su nuevo nombre de ministerio, Unconventional Business, proporciona "Cinco claves para hacer crecer el negocio a la manera de Dios". |
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Diciembre 2019
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